Como si a alguien le importara
Hablas...
como si a alguien le importara.
Como si tus palabras pudieran cruzar el umbral
de la indiferencia ajena.
Como si alguien, al otro lado,
estuviera dispuesto a escuchar sin juzgar.
Pero callas.
Porque aprendiste que el silencio duele menos
que el peso de sus ojos vacíos.
Callas, para no molestar,
para no ser "el problema".
Y aún así, el problema siempre te encuentra.
Incluso cuando te tragas la lengua
y finges que no pasa nada.
Cumples con tus rutinas,
con tus tratamientos,
con esa cura prometida que apenas alivia.
¿Entonces por qué insisten en seguir jodiendo?
¿Por qué no basta con sobrevivir?
Te piden hablar,
pero no saben que ya no te queda voz.
No por orgullo,
sino por agotamiento.
Cada palabra pesa toneladas.
Cada respuesta es una herida abierta.
Te encierras por días,
con la esperanza de desaparecer entre las sombras.
Pero ni en tu ausencia te dejan en paz.
La preocupación de los otros es un disfraz:
no quieren verte mal,
pero tampoco quieren verte.
Quieren silencio sin incomodidad.
Quieren que desaparezcas sin hacer ruido.
Encuentras refugio en ti,
pero tú también sabes destruirte.
Eres tu única compañía,
y también tu enemiga más fiel.
La que repite que no vales,
que estás de más,
que lo mejor sería callar para siempre.
Hablas…
como si a alguien le importara.
Pero recuerdas que tus palabras
han sido siempre
eco sin respuesta.